domingo, 25 de marzo de 2012

¡Cuánto rato te he mirado 
sin mirarte a ti, en la imagen 
exacta e inaccesible 
que te traiciona el espejo! 
«Bésame», dices. Te beso, 
y mientras te beso pienso 
en lo fríos que serán 
tus labios en el espejo. 
«Toda el alma para ti», 
murmuras, pero en el pecho 
siento un vacío que sólo 
me lo llenará ese alma 
que no me das. 
El alma que se recata 
con disfraz de claridades 
en tu forma del espejo.

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